El 10 de marzo pasado él Salado produjo un socavón en la defensa de la Circunvalación Oeste. El agua también ingresó por calle Gorostiaga. Vialidad Provincial compró material para bolseado, pero no realizó el cierre del terraplén, como lo exige el proyecto de la obra.
En la mañana del 10 de marzo, personal de Vialidad Provincial descubrió un profundo socavón en el terraplén que protege la avenida Circunvalación Oeste. Al día siguiente, un grupo de vecinos del barrio Santa Rosa de Lima, realizó un corte de transito en el sector, reclamando la inmediata reparación de la defensa.
A la misma hora, el agua del río Salado comenzaba a invadir las viviendas de los barrios San Agustín, Las Lomas, Cabal, y un tramo de calle Gorostiaga, por donde cuarenta y cinco días después, ingresaría para inundar un tercio de la ciudad.
Lo que se podría considerar como una advertencia de la naturaleza, lamentablemente no fue tomada como tal, por las autoridades santafesinas. En el caso de Vialidad Provincial, sus responsables conocían perfectamente el riesgo que significaba la defensa abierta en el sector del Golf Club. Sin embargo, las medidas que se ejecutaron en ese momento permiten concluir que se subestimó irresponsablemente la situación. (ver, Todos conocían el talón de Aquiles de la ciudad)
Luego del corte hecho por los vecinos, él transito quedó suspendido en el primer tramo de la Circunvalación. Paralelamente, comenzaron las tareas de bolseado sobre calle Gorostiaga. Para ello, la Jefatura Técnica de la DPV, inició el 24 de marzo, un trámite ante el comité de Emergencia Hídrica, para la “provisión de 740 bolsas de cemento portland para realizar tareas de bolseado en el terraplén de defensa de la Avda. Circunvalación Oeste”. La gestión recién quedó concluida el 23 de abril, a horas de la catástrofe, que Naciones Unidas califica como “socio-natural”.
El cierre de la defensa que no se hizo en seco, luego fue culminado en pocos días de trabajo, con el agua entrando a raudales. Resulta imposible imaginar cuales fueron las razones que determinaron este olvido criminal, cuando el propio río se encargo de avisar que venía.
Autor: Pablo Bosch para Datasantafe
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